Muchas veces olvidamos limpiar nuestra lengua cuando higienizamos nuestra boca. No obstante realizar una limpieza correcta de la lengua es una acción clave para prevenir infecciones bucales.
En la lengua se concentran muchas bacterias, su superficie rugosa hace más fácil que se acumulen restos de alimentos.
Una inadecuada limpieza lingual puede favorecer la aparición de enfermedades bucodentales como pueden ser: caries, gingivitis, periodontitis o halitosis.
Beneficios de usar el limpiador lingual
La lengua puede cepillarse con un cepillo de dientes, pero se ha demostrado que utilizar el limpiador lingual resulta mucho más efectivo. Este elemento está diseñado específicamente para esta función “raspando” la lengua y eliminando bacterias y posibles restos de comida.
Los limpiadores linguales consiguen una limpieza de lengua mucho más precisa que los cepillos dentales. Además, esta herramienta es mucho más higiénica y suave.
- Evita que las toxinas se reabsorban en el cuerpo y refuerza las funciones inmunológicas en general
- Ayuda a mantener unos dientes y encías saludables evitando el mal aliento
- Ayuda a una mejor digestión.
¿Cuándo y cómo usarlo?
La limpieza de la lengua debería realizarse al menos una vez al día. Concretamente después del cepillado de los dientes y la limpieza interdental.
- Empezar por la parte central de la lengua usando la cara del limpiador con saliente
- Arrastrar el limpiador para los laterales aclarando después de cada pasada.
- Enjuagar la boca con agua o un colutorio especifico según las necesidades de cada persona.
Tipo de limpiadores linguales
Existen diferentes limpiadores linguales, algunos más ergonómicos que otros.
- Limpiador en forma de U: es el más utilizado y se caracteriza por ser manejado con las dos manos. Llega con facilidad a la zona posterior donde se alberga la mayor cantidad de bacterias
- Limpiador en forma de Y: se puede usar con una sola mano dando mayor comodidad.
Existen limpiadores de distintos materiales como: plástico, acero inoxidable o cobre.