El verano llega a su fin y con él vuelve la rutina. Septiembre ya está aquí, como también la ilusión de empezar un nuevo curso y prepararnos para coger con ganas un nuevo año laboral. Es el mes ideal para recuperar todo aquello que hemos perdido en verano, es decir, la normalidad, la rutina, los buenos hábitos y, sobretodo, el cepillo de dientes. Este último elemento es el que probablemente hayamos dejado más de lado durante estos meses de vacaciones, ya que el verano normalmente trae consigo el abuso de ciertas comidas y bebidas, de helados y refrescos, etc.
Por este motivo, el mes de septiembre es el mejor momento para hacernos una revisión bucodental. No sólo para los más pequeños, sino para toda la familia. ¿Por qué? Por una razón muy sencilla. En verano nos relajamos tanto que a veces descuidamos aspectos básicos tan importantes como lo es la salud bucodental. Y precisamente son los dientes los que más se resienten y es la parte de nuestro cuerpo que más nos puede pasar factura si después no actuamos en consecuencia. Por ejemplo, las caries y la gingivitis son las lesiones bucales más frecuentes después del período vacacional.
Los niños son los que requieren una atención más especial en cuanto a la salud bucal, y hay que reforzar sus rutinas de higiene para concienciarles de su importancia. Una posible solución es llevarlos al dentista, para que los ayude a aprender cómo deben llevar a cabo estos hábitos. Y además, es una buena forma para que pierdan el miedo a visitar su odontólogo.
Se acerca la vuelta al cole y con ello debemos sacar de nuevo la mochila, los estuches y los libros del armario. Y si es así, ¿por qué no preparar también nuestra boca y repararla para empezar con buen pie este nuevo año escolar que nos espera?