A pesar de que es cierto que hay factores implícitos en la biología de cada persona, la salud bucodental está condicionada en gran medida por los hábitos de cada individuo. Por este motivo es importante no olvidar que llevar una correcta y continuada higiene además de visitar al dentista puede ser clave en la hora de evitar futuras patologías.
En el blog de hoy queremos hablaros de hábitos que realizamos en verano y que pueden ser perjudiciales para nuestros dientes.
Y es que casi de forma inevitable en verano nos vemos abocados a cambios de higiene bucodental, puesto que acostumbramos a comer más veces a deshoras y además se producen cambios en nuestra alimentación, que implican el consumo de alimentos no tan saludables. Si a esto le sumamos las altas temperaturas, encontramos el escenario perfecto porque suceda la proliferación de bacterias en la boca, contribuyendo al hecho que se pueda producir un aumento de patologías.
Según los estudios, uno de cada cuatro españoles deja de cepillarse los dientes de manera total o parcial con la llegada del verano y el cambio en sus rutinas diarias.
Otro punto perjudicial y habitual en verano tiene que ver con la deshidratación. El 66% del cuerpo humano es agua y necesita consumir alrededor de 2l diarios para conseguir la hidratación optima. El problema es que las altas temperaturas hace que tengamos la necesidad de refrescarnos continuamente y muchas veces optamos por hacerlo con refrescos o bebidas con azúcar, que son perjudiciales para nuestros dientes y organismo.
Además, si la boca se deshidrata es más propensa a infectarse, puesto que se seca y genera menos saliva, provocando la sensación de «boca seca». La saliva es esencial para combatir las caries y rehabilitar el esmalte.
Los baños en la piscina también puede ser un problema, de hecho el pH del agua es capaz de descomponer rápidamente las proteínas salivales de la boca, provocando depósitos orgánicos a los dientes, conocidos también como «sarro de nadador»
Los cambios de temperatura provocados por el consumo de bebidas o alimentos muchos fríos también pueden afectar nuestra dentadura y la sensibilidad, por este motivo es preferible aclimatarlos antes de su consumo.
Ya veis! El verano está para disfrutarlo, pero sin descuidar nuestra salud! Esperamos que este blog os haya sido útil para conocer ciertos hábitos que adquiramos en verano y que pueden influenciar en nuestra salud bucodental!